La definición de sexualidad, el sexo y el derecho a definir el estilo de vida
No es fácil dar una definición sobre sexualidad que abarque todo lo que este término significa, más si se toma en cuenta la diversidad de opiniones factores que abarcan este término.
Es todo un menú de opiniones en el que cada grupo de personas, dependiendo de sus creencias, valores, educación, etc; defiende a capa y espada.
Puntos de vista: biológicos, morales, éticos, religiosos, ideológicos sólo por mencionar los más populares. En definitivo es imposible quedar bien con todos.
Para efectos de este artículo, primero que todo, te voy a detallar dos conceptos sobre los que girara este texto: sexo y sexualidad.
Uno lleva a lo otro, no son lo mismo, bueno sí son lo mismo, sólo que uno es parte del otro, ya te explico mejor, más adelante.
Antes que todo, no esta demás en recordarte, que este post es un artículo de opinión, que aunque algunas veces se respalde con ciertos datos científicos, no deja de ser un documento de opinión personal.
Ahora sí, vamos a lo que venimos.
Diferencias entre la definición de Sexualidad, de Sexo y de Género
La sexualidad es el conjunto de las condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológicas que caracterizan a cada sexo. También está relacionada con la expresión de esta, el acto sexual en sí, el erotismo, la intimidad y el disfrute del placer.
Como quien dice, la sexualidad incluye todo.
El sexo y el género suelen confundirse. El primero es la coincidencia de algunas características genéticas y biológicas con las que nace cada ser humano, uno es masculino y otro femenino (macho y hembra).
El género además del sexo, incluye la identidad sexual que decide tener cada persona respecto al uso de su sexualidad.
Aunque esto de «decidir» es sólo un término diferenciador de entre muchos, ya que dependiendo del contexto, las características del género pueden incluir: sexo biológico, estructuras sociales basadas en el sexo o identidad de género. No se trata nada más de un «voy a ser… o soy…».
¿Por qué hablar de Sexo y Sexualidad, está tan censurado?
El hambre, el crimen, las guerras, la violación de los Derechos Humanos, las enfermedades, la crítica destructiva, la persecución a las mentalidades opuestas, etc; son solo algunas de las cosas a las que nos enfrentamos a diario y nadie muestra repulsión al hablar de ellas, ni de presenciarlas a la libre en todos los medios.
Ahora bien, ¿por qué la sexualidad está tan «satanizada» si es algo tan natural como comer, dormir o defecar?.
¿Por qué a pesar de que hemos avanzado tanto en ciencia, tecnología y psicología; sigue siendo un tema tabú?.
Para desenmarañar esta compleja situación existen muchas teorías y cada vez surgen más. Te voy a expresar algunas propias, de opinión personal. Tu desde luego, tendrás las tuyas.
La sensualidad, el erotismo y la pornografía son tres de algunos de los elementos que pertenecen a la sexualidad. Son expresiones las cuales unos disfrutan, otros critican y algunos desprecian; pero a todos les atrae, no tiene sentido que lo niegues.
La sexualidad es un juego peligroso y la sobre-exposición de ella puede causar vicio y excesos.
Otra de las razones de porque tanta prohibición se trata de parar en raya a personas incapaces de controlar sus impulsos sexuales. Claro que no se trata sólo de los depravados, si no de cualquier persona que ante tanta libertad, se pierda en un mundo psicológico sexual.
Somos hechos por y para el sexo, cualquier actividad que tenga indicios de ello nos atrae sobre manera. Si una persona no sabe o no quiere detener esto, lo más probable es que sea consumido como el juego a un ludópata.
Claro está que no está mal disfrutar del placer que genera la sexualidad.
Quizá tanta prohibición lo genere más atractivo y por ende, el sujeto ante el reto de «romper las reglas» se anime más a ello.
No nos engañemos, el placer sexual en sí no es nocivo. Es algo tan necesario como la naturaleza.
Definición de Sexualidad desde el punto de vista del placer
¿Qué tienen en común: una escena graciosa, una linda canción, una comida deliciosa, una conversación interesante, el chisme, el efecto inhibidor del licor y las drogas, la emoción del juego, que nuestro equipo gane, una conquista, el éxito, la masturbación, una relación sexual normal o una orgía, etc?.
No hay sorpresa en la respuesta, es el placer. Somos esclavos de él y siempre andamos en su busca y si no se controla, con seguridad, va a convertirse en vicio. Ya esto te lo he dicho varias veces.
Todo exceso de placer es pecado, según las leyes religiosas e incluso las sociales.
Abusar de algo placentero esta mal visto por la mayoría de grupos de la sociedad: comer mucho lleva a la gula, descansar en exceso se llama vagancia o pereza. Es así porque degenera, lleva al desorden y la desobediencia.
Pero con el acto reproductivo y su variedad de usos, la restricción es mayor. Esto quizá sea porque conlleva más placeres de lo que es la simple fricción. Es un proceso que incluye muchas sensaciones y emociones.
Es probable que lo que se ha buscado es la forma de evitar la catástrofe social y de sobre-población que significaría tener la total libertad de practicar la sexualidad a diestra y siniestra. Quizá esta sea la razón del porque es algo tan restringido y juzgado.
La tentación por lo prohibido
Han escuchado el refrán o la frase de que “perro amarrado es más bravo”. ¿Conoce está metáfora?, ¿ha visto cuando a un perro lo encadenan por un periodo, luego lo sueltan?: Sale corriendo sin control, feliz pero sin control debido a la cantidad de energía que ha acumulado en todo el tiempo que estuvo en cautiverio.
Nosotros somos un animal, al igual que ese can. Nuestras ansias por obtener placer no se desaparecen nunca, aunque las tengamos restringidas. Estas se van acumulando en forma de energía dispuesta a salir con el mínimo descuido.
Es probable que prohibir algo de manera tan estricta no sea una solución, ya que el deseo de placer es como un río, que si se detiene no desaparece, sino que se acumula. En segundos un riachuelo pasa a ser un torrente capaz de destruir un pueblo entero.
Definición de sexualidad desde la óptica religiosa en general
Como te mencioné en el apartado dedicado al placer. Quizá la humana inclinación de abusar de este tipo de sensaciones es lo que lleva a las autoridades religiosas a que busquen una forma de mantener un control social en este tema. ¿Qué sucedería si nos dieran libertad total de desatar la lujuria a diestra y siniestra?.
Cada uno tiene derecho a creer y practicar la religión y credo que le plazca, si decide convivir en la congregación que cree adecuada a sus creencias, debe estar dispuesto a respetar y cumplir las reglas que esta le va imponer, que de todas formas es en lo que cree y lo que lo llevó a unirse a la secta.
Las religiones son un estrictas con el uso de lo que se tiene abajo del ombligo y la definición de la sexualidad tiene 2 pecados capitales en los que incurre cuando se tienen relaciones carnales sin su consentimiento. Uno es fornicación y la otra adulterio.
Fornicación:
Esta es la falta en la que se incurre cuando se tienen relaciones sexuales pre-matrimoniales, o sea entre dos personas que no han sido unidas por el matrimonio. Todos los credos coinciden en que este es un pecado mortal.
Esto es algo que las personas que están apartados de los nichos religiosos no logran entender.
Adulterio:
Esta es la falta en la que se incurre cuando se está enlazado por el matrimonio y se tienen relaciones carnales con una persona que no es su conyuge.
En este punto el pecado está un poco más claro que con la fornicación. Aquí se le está causando un daño directo a la pareja del o la infiel.
Estas 2 faltas, aparte del daño moral y psicológico que se le causa a la víctima de una infidelidad y tomando en cuenta asuntos meramente sexuales, ¿por qué es pecado?. Como te mencioné al principio, quizá sea una manera de mantener una especie de control sobre la sociedad y así evitar un crecimiento desmedido de la población, enfermedades de origen sexual y por ende reducción en los niveles de salud y convivencia.
Desde luego que se pueden incluir muchos pecados más ligados al «mete-saca», aunque la fornicación y el adulterio son la base de todo y los que se llevan los honores.
El pecado de divertirse con lo sagrado
Otra forma quizá sea que al llevarse a cabo el acto sexual, el coito, se está profanando la pureza del cuerpo humano.
Es como jugar con la comida. Lo que entra al cuerpo es sagrado.
Para las religiones la práctica de las relaciones carnales deben ser sólo con el fin de procrear dentro del matrimonio. Aademás que la familia debe de estar compuesta por mamá y papá, como líderes de ese pequeño núcleo.
Aquí el problema es que se está dejando por fuera a personas con otros gustos, preferencias y estilos de vida; que quizá no sienten el llamado de la naturaleza a hacer las cosas como las dictan las leyes religiosas.
Definición de sexualidad desde el punto de vista científico y/o de la naturaleza.
La definición de sexualidad desde el punto de vista de la religión se ve interesante y para los creyentes es inapelable. Me parece bien, cada uno tiene el derecho universal de la Libertad de Credo.
La situación se complica (y de que manera) cuando entra en juego la ciencia.
Tanto en el recién pasado siglo XX, como en el presente; la ciencia se ha anotado una cantidad incontable de victorias, gracias a los múltiples descubrimientos y avances que ha obtenido en todas las categorías.
Desde luego muchos de estos hallazgos son relacionados con la sexualidad, tanto desde el punto de vista de la psicología como desde la biología.
Si partimos desde lo básico, gracias a la labor que inició Freud, la definición de sexualidad va más allá de la reproducción. Esta juega un papel protagónico y decisivo en cada una de las actividades que que llevamos a cabo durante todas las etapas de la vida.
En otras palabras, la sexualidad mueve el mundo. Con ello se rompe el esquema de que la sexualidad es exclusiva para la reproducción.
¡Un momento!, pero quizá sí sea así, todos los caminos llevan a Roma (reproducirse) y puede que cualquier actividad que nos emprendamos tenga ese fin, aunque lo neguemos.
Veamos por que está conclusión.
Somos un robot que tiene como amo a un “Gen”.
Todo el plan está orquestado por un gen un poco loco.
Como el agua de un río, la cual siempre busca estar lo más cerca al centro de la Tierra, este “bichito” todo lo hace con la intención de multiplicarse.
En su libro “El Gen egoísta”, Richard Dawkins sugiere que los humanos y todos los seres vivos en general sólo somos máquinas con la misión de transportar y hacer proliferar a los genes y que hasta las acciones más desinteresadas en apariencia, son parte de un plan para reproducirse.
Esto quiere decir, que aunque se disfracen de mil maneras, todas nuestras actividadades son parte de un plan para proliferar y mejorar nuestros genes.
Todo es un mensaje “publicitario” para convencer a la otra máquina portadora de genes, de que somos la mejor opción para multiplicarse.
Todos, sin excepción, somos víctimas del placer y del "Gen".
Una persona puede ser muy intelectual, reservada, calculadora, astuta, racional, compleja; llámalo como quieras, que al final todos somos como mosquitos, que buscan de manera automática el foco de luz. En nuestro caso, la luz es el placer.
A diferencia de las otras especies, los seres humanos si sabemos (con excepciones) cual es el fin y que consecuencias se derivan del acto carnal llamado relación genito sexual.
Todo esto nos lleva a librarnos un poco de la misión del gen (reproducción), aunque de alguna forma u otra, él encuentra un plan para salirse con la suya.
Definición de sexualidad: Desde el punto de vista masculino, femenino, etc.
Se nace como hombre y como mujer, macho y hembra, unos con pene y otras con vagina.
En los primeros años de vida se tiene una característica o la otra, nada más. ¡Si todo fuera tan simple como en la infancia!.
Ahora bien, como te mencioné, cuando crecemos cambiamos: cambia nuestra mente, nuestros puntos de vista se amplían y tenemos nuevas experiencias. Descubrimos para que sirve «eso» con lo que nacemos.
Después, en la adolescencia, comprendemos la responsabilidad que conlleva su uso (aunque hay gente que no lo aplica) y adicional decidimos nuestro estilo de vida desde el punto de vista sexual.
Hoy por hoy, un órgano define el grupo demográfico al que debemos pertenecer y nos dicta las reglas correspondientes a ese canon. Se están haciendo intentos por cambiarlo, pero falta mucho camino.
Esas reglas según la definición de la sexualidad de cada uno, hacen que los hombres y las mujeres veamos el mundo desde diferentes perspectivas.
Quizá para la mayoría no tiene nada de malo que se tengan que cumplir las apariencias y comportamientos que impone la sociedad de acuerdo a el órgano sexual que porte.
El mundo va cambiando, o más bien, se esta haciendo visible algo que siempre ha existido.
No todo tiene porque ser del mismo color. Los canones se van rompiendo poco a poco. La sociedad ha impuesto que un niño juegue con automóviles de juguete y la niñas con cocinitas, aunque hoy existen muchos chefs masculinos y las mujeres manejan vehículo igual que los hombres.
Cumplir con el código de vestimenta no está mal, si así te sientes bien, pero debemos aprender a respetar los que no se sienten cómodos con el estilo de ropa correspondiente al órgano sexual con el que nacieron. Esto va más allá de la tela y la reproducción.
En años de antaño las personas cumplían estas reglas a cabalidad, pero ello no significaba que lo hicieran por gusto.
Muchas personas no podían expresar su verdadera sexualidad, ya que el castigo del desprecio a lo diferente era más fuerte que hoy.
Por otro lado, aún hoy, hay mujeres que creen que deben ser dominadas por un hombre y que está bien que sean incluso maltratadas. ¡Así a como lo lee!. Todo ello por pertenecer a un grupo sexual definido en la sociedad en la que se desenvuelve.
Cada uno debe ser responsable de su rol sexual. No se debe juzgar a una persona por ello y es importante enseñar a los más jovenes de que esto va más allá de sólo ser mujer u hombre.
Definición de sexualidad: Desde el punto de vista de la homosexualidad.
Con esta parte me es posible ponerme en los zapatos de una persona homosexual, sólo desde el punto que me permite la literatura del tema. Sólo soy testigo y no he experimentado en carne propia lo que conlleva ser homosexual en la sociedad actual.
Aunque esto, agregado al respeto que tengo hacia los gustos sexuales de cada quien, es posible poder ver las cosas desde un ángulo más equitativo y parcial.
Como se mencionó al principio, si nos basamos en la simple y básica genética, la homosexualidad no tiene cabida. De hecho ese es la tesis básica de las religiones y los opositores a esta conducta.
Aunque también se mencionó del desarrollo de la mentalidad y la capacidad de ir más allá de lo básico.
El Homo Sapiens, gracias a su muy desarrollado cerebro, es la especie más heterogénea en cuanto a comportamiento, gustos y opiniones, y esto nos da la libertad de controlar e identificar lo que nos gusta y lo que no, por ello es natural que no sea aceptado por todo el conglomerado debido a la misma heterogeneidad mencionada.
De que a un homosexual le atraigan las personas de su mismo género, es algo hecho por la misma naturaleza, la biología; no un capricho de la persona.
Se exige el derecho de disfrutar lo que a cada uno le produce placer, no se puede tener sensaciones con algo que no atraiga ni interese.
Lo "Natural" permitido vs lo "Natural" prohibido
Según la hipótesis de “lo natural”, la principal defensa de los opuestos a la homosexualidad, también debería ser permitido el sexo a la libre, sin compromiso y muchas cosas más que el grupo tampoco apoya.
He aquí la pega del asunto, ¿dónde queda lo que es natural permitido y natural prohibido?.
Quizá lo“natural” no es el centro de la discusión, sino más bien un chivo expiatorio para dar una respuesta conveniente a la hora de justificar los mecanismos de control establecidos para cada grupo.
Respecto al tema del dominio y uso nuestra capacidad intelectual, los que se oponen también tienen su cuota de justificantes al respecto, ya que si se tiene una capacidad intelectual tan potente como para “dominar” y rebasar el básico instinto, también se debe poseer para respetar las reglas que impone cada grupo social.
Cada grupo debe de ser consciente de que ni uno va ceder en su posición, ni el otro va cambiar su comportamiento y lo que se debe de buscar es la forma de convivir con estas diferencias. No todo es tan sencilllo, lamentablemente.
Un balance de lo que es la definición de sexualidad
Al escribir este artículo, algo que quedó claro, es que el tema de la sexualidad es tan amplio y potente, que no bastan la literatura, la historia, las discusiones y la ciencia para llegar a un acuerdo definitivo entre las partes que difieren en diferentes puntos.
La cuestión no es tan sencilla como decir “cada uno viva su vida de acuerdo a sus principios”, ya que de una forma u otra, de manera inevitable, llega el momento en que el comportamiento sexual afecta directa o indirectamente a lo social.
Que se haga constar que aquí no estoy diciendo “afectar” desde el punto de vista negativo, sino a lo referente de que la sexualidad es algo tan indispensable para la vida (tanto en lo reproductivo como en lo motivacional y el estilo de vida) que al convertirla en tabú, alguna de sus categorías, tarde o temprano, van a desbordar cualquier barricada ética que se le coloque.
La sexualidad es energía. Aunque quieran negarlo, es lo que mueve al mundo, por lo que es algo demasiado potente como para mantenerla reservada en algún escondite sin ver la luz.
Conclusión y meditación
La sociedad a avanzado lo suficiente como para tener conciencia de que lo que es ser una mujer u hombre va más allá del simple término o “papel” que cada uno debe desempeñar.
La reproducción es algo que siempre va estar ahí, pero ello no significa que esa sea la principal razón de la sexualidad.
Cada persona rige su vida y apariencia en una gran parte desde el punto de vista de su sexo. No por ello signifique que tenga que cumplir ese famoso «papel» social pre-establecido.
Es una ley que puede ser rota, y en efectivo, así es.
Las personas con puntos de vista irrevocables no van a cambiar de opinión en el corto plazo. No por ello se les debe juzgar ni ofender, aunque sí se debe exigir el mismo respeto de ambos lados.