Siempre me causó curiosidad el comportamiento de la gente ante las diferentes virtudes y defectos de una persona. O sea, a como reaccionaban según el contexto de las acciones de ese sujeto.
Otra es a como me sentía yo cuando me juzgaban por algo o bien me alababan algún accionar, algunas veces me sentía merecedor y otras no tanto.
Por ello me surgió la idea de agrupar en categorías las diferentes cualidades y defectos.
Fue un proceso un tanto complejo, al inicio las categorías eran abundantes, pero luego estas se fueron acomodando unas dentro de otras, hasta que se llegó al resultado deseado, el que leerás a continuación.
Es imposible definir cuales son las virtudes y defectos de una persona.
Una de las cargas con las que tenemos que lidiar los seres humanos con lo que hacemos y somos es la incertidumbre de saber si algo es correcto o bueno, o si está equivocado o es malo.
Existen situaciones más evidentes, como la elección entre golpear a alguien o no hacerlo, con este ejemplo es muy sencillo definir qué es lo incorrecto. Pero con la mayoría de decisiones y acciones que tenemos a diario no es tan sencillo y esto nos complica identificar que tiene bueno y que es malo en nosotros y las personas que nos rodean.
De hecho, no todo el mundo mira las acciones desde el mismo cristal y esto confunde más la cosa. La psicología humana es complicada y esto hace que unos noten cosas que otros no son capaces de percibir.
Ante tanta complicación se debe de actuar acorde a los valores que se posean en el momento de la situación, ya que, como dice el dicho “Nunca se le va quedar bien a nadie”. Si estabas equivocado o cambia tu percepción en el futuro, tendrás la conciencia tranquila ya que en ese momento pensabas que era lo justo.
En este artículo te hice una lista de cualidades y defectos de una persona, distribuidas en 5 categorías, para que tengas una ayuda para saber que los mal entendidos no son culpa tuya y no te sientas mal cuando alguien se ofende por algo que a ti no te parece tan mal. También lo puedes mandar al diablo, pero eso puede complicar la cosa.
Cada uno tiene una perspectiva diferente de las acciones de la vida y nunca sabemos que es correcto o incorrecto para ellos, ni tienes que esforzarte por descifrarlos.
Así que te presentó los 5 tipos de virtudes y defectos de una persona. Tu estás en libertad de hacer tu propia lista, agruparlos y desde luego, opinar.
Es lo más sencillo del mundo, hay momentos en las que cometemos faltas y le fallamos a nuestros semejantes.
Nosotros nos sentimos mal porque somos conscientes de ello y la otra persona nos lo reclama y así nos lo hacen saber.
Hay defectos que por ego, orgullo o incluso pena; no queremos aceptar, aunque sabemos muy bien que los tenemos.
Con este tipo de defectos no hay mucho misterio. Por lo general son faltas o vicios pequeños que al no ser tan graves, no nos esforzamos por eliminar. Incluso, nuestros seres queridos nos aceptan a pesar de ello.
Incluso, hay momentos en las que nos sentimos orgullosos de esos pecados.
Estos defectos son de los más dolorosos que hay, ya que cuando una persona toma el valor para restregárnoslo en nuestra cara, nos sentimos mal porque es algo que no esperábamos y desconocíamos de nuestra personalidad.
Quizá teníamos la impresión de que estábamos haciendo algo bien y luego nos dicen que es todo lo contrario. En realidad duele.
Por lo general ponemos resistencia cuando nos enfrentamos a esta realidad. No queremos aceptarlo o respondemos diciéndole a la otra persona, otro defecto de ellos (real o inventado) como venganza por su sinceridad.
Es imposible que dejemos de tener fallos que sean invisibles a nuestros ojos y visibles a los demás. Si nos hacen ver esos errores, quizá los eliminemos pero otros nuevos aparecerán.
La mejor receta para esto es relacionarse con personas sinceras y bien intencionadas, para que nos lo haga saber y así tratar de corregir aunque sea una pequeña parte.
Tampoco se trata de andar por la vida haciendo hasta lo imposible por no cometer ninguna falta. Al fin y al cabo es imposible, y por evitar una, creamos otra.
Solemos sobre dimensionar lo malo que tenemos o más bien, nos cuesta reconocer que tenemos ciertas cualidades.
Quizá sea por baja autoestima, puntos de vista éticos o simplemente que es imposible conocernos al 100%. Muchas veces andamos por la vida, socializando y haciendo cosas, con la preocupación de que estamos fallando.
Un ejemplo de esto es cuando eres nuevo en un trabajo, crees que lo estás haciendo todo mal y que no vas a servir para eso. De que lo estés haciendo mal es muy posible, pero eso es parte del aprendizaje. Crees que tu jefe te está viendo como un inútil y que eres un vago. Por otro lado, es probable que tu supervisor lo que está viendo es que eres una persona con iniciativa y ganas de aprender y que por ello no tardarás en ponerte al hilo con tu labor.
Muchas veces por estar preocupados por algo que es probable que no exista, no notes algo que sí estás haciendo correcto, o lo que puede ser más grave, se incurra en otros errores que no percibamos, ya que en el lado opuesto (Spoiler: ya lo leerás más adelante), hay virtudes que piensas que posees, pero en realidad no es así. ¡Ouch!.
Tremendo problema este. Existen gente mal intencionada, malos entendidos, hipocresía, manipulación, personas que quieren hacer que nos sintamos menos, primeras impresiones equivocadas, desinformación y en muchos casos, envidia.
Esas que te acaba de mencionar, son sólo algunas de las razones que hacen que nuestros semejantes nos pongan la etiqueta de una persona con “X” defecto personal.
Como suelo decir, no somos monedita de oro y estamos siempre anuentes a cometer un único error. Ello no significa que tengamos ese defecto incrustado en nuestra personalidad.
Desde luego que existen seres dispuestos hacernos quedar mal con cuanto ser conocido se topen con tal de manchar nuestra reputación.
Que una persona piense que tenemos cierta cualidad negativa, no indica que seamos a como ellos piensan.
De igual forma, si se ofende a alguien, aunque sea una única vez en la vida, no esta nada mal pedir una disculpa.
Existe una lista de cualidades y defectos de una persona, que por su poca gravedad puede ser tomada como una virtud para unos, pero para otros puede significar algo negativo.
También está la forma de cómo se aplique esa característica, ya sea una cualidad positiva o negativa. Te explico este punto: Puede que tu seas una persona muy sincera (virtud), pero la forma en que le dices las cosas a los demás sea un poco grosera (defecto). De ahí que como lo que es virtud se mal interprete como un defecto.
Otra es que seas selectivo a la hora de ser sincero y te bases sólo en lo negativo.
En la vida todo es relativo, la mayoría de acciones no son, en sí, buenas ni malas. Dependen de la perspectiva tanto del emisor como del receptor.
Otro tema es que hay actitudes que no son sencillas de ubicar en una categoría.
Para humanizarlo, te pongo el ejemplo de ser “anti-social” o poco sociable. Quizá para alguien el tener poco contacto con la humanidad es bueno ya que lo mantiene alejado de los problemas y chismes que ello conlleva. Además de que permite más concentrase en el crecimiento propio.
En cambio otros lo pueden ver como algo malo. Se justifica esto con expresiones como: amargado, invivible, tímido, etc.
Si hay algo para lo que sí somos buenos los humanos, es para juzgar sin siquiera tener pruebas contundentes que justifiquen lo que estamos diciendo.
Esto lleva a que muchas veces, como sólo conocemos una parte poco agradable de alguien, después lo que puede ser una cualidad lo tomamos como un defecto gracias a lo primero.
También está la otra versión, admiramos, respetamos o nos gusta tanto una persona que pasamos por alto o peor aún, vemos con buenos ojos sus características negativas.
En realidad aplicar este tema a las cualidades de una persona, basta con tomar los puntos anteriores, los de los defectos, y voltearlos. Aunque en realidad hay diferencias en el paso de uno hacia el otro. No todo tiene porque aplicarse “Blanco o Negro”, “Bueno o malo”.
Mejor vamos a cada uno de los puntos de la lista de virtudes:
Luchamos por algo y obtenemos el premio. El efecto «Causa – Efecto» en acción:
Lo que haces de corazón y con buenas intenciones, temprano o tarde se nota. Si eres un buen estudiante se va reflejar en las notas, tus padres, profesores y compañeros; lo van a notar. Te gusta ayudar a los demás, eso tanto las personas beneficiadas como tus vecinos van a reconocerlo. Así de simple.
Desde luego tu lo notas porque trabajas en y para ello. Es tu objetivo.
Este es un punto básico. Luchamos por obtener algo o ser de cierta forma y lo más lógico es que lo notemos nosotros y los que están a nuestro alrededor.
Existen otras situaciones que son un tanto más complicadas de identificar. Por lo general por centrarnos en otras cosas no nos es posible identificar esa virtud.
Has visto en las películas, como por ejemplo “El Grinch”, en la que el personaje cree que es un bicho malvado y al final descubre que dentro de él siempre ha habido bondad (si no la ha visto, perdón por el «spoiler») . Esa característica humana, el monstruo no la reconocía o no quería verla por estar concentrado en explotar otra que creía poseer, la maldad. Tuvo que venir una niña para que se la hiciera ver.
Pero volvamos a la vida real, existen áreas en las que no podemos conocernos nosotros mismos por más exámenes internos que nos hagamos.
Quizá no intentas algo por miedo al fracaso o al que dirán. Eso te ha llevado a pensar que no posees la pericia para llevarlo a cabo. Pero llegado algún momento te atreves a hacerlo y si otra persona no lo nota y te lo dice, no te das cuenta. Estás tan enfocado en creer que no la posees, que te es imposible percibirlo por cuenta propia.
¿Eres una persona trabajadora o sólo lo haces por miedo a quedarte sin dinero?.
¿Si tuvieras lo suficiente para cubrir tus necesidades, seguirías haciendo lo que haces?.
Quizá en el fondo seas un holgazán empedernido. Lo que pasa es que como toda tu vida haz tenido la necesidad de trabajar para sobrevivir, crees que eres una persona que ama trabajar, aunque si te pegarás en premio mayor de la lotería, lo primero que harías sería mandar a tu jefe al diablo.
Me dirás: —Pero si soy trabajador, ya que muchas personas a pesar de las necesidades, no hacen el intento por buscar trabajo.
—Tienes razón, pero ahí ya estaríamos hablando de otra cualidad. Eres una persona valiente, decidida, con iniciativa, etc; pero nada de eso quita que sigas siendo un vago.
Hay muchas virtudes que creemos poseer, ya sea por por confundirla con otra cualidad, porque la añoramos o simplemente por miedo a ver la realidad.
La buena noticia es que no poseer una cualidad no te hace mala persona.
Sigue disfrutando de esa «virtud» mientras creas que la tengas.
Al menos a mí me ha sucedido: de que logro algo o llevo a cabo una buena acción de manera esporádica y hasta obligada en veces y la gente me monta esa virtud, que en realidad sé que no poseo.
El mundo está lleno de malos entendidos. Por suerte unos nos son favorables.
Lo que pasa es que en el mediano y largo plazo, o sea con la gente cercana; la verdad va salir a la luz en algún momento.
Esta aplica igual tanto para un lado como para el otro.
Cuantas veces nos sentimos felices y orgullosos por haber hecho algo, un grupo de personas nos felicitan y se muestran admirados por nuestra gran acción.
Luego nos dirigimos hacia donde otras personas a contarles de nuestra gran hazaña y para nuestra sorpresa, reaccionan totalmente opuesto a lo esperado.
Le reclamamos del porqué esa reacción y no tardan en restregarnos en la cara la parte negativa de eso que creíamos tan heroico.
Cada persona tiene un punto diferente de la vida. Es imposible que algo sea bien o mal visto por todos.
Los “totales” son sólo una utopía. Con las virtudes y defectos de una persona aquí mostradas quizá te ayude un poco a lograr ver que somos más que un «está mal» y/o «está bien». No somos tan malos como creemos ni tan buenos como para presumir.
Ni una monedita de oro es bien recibida por todos. Para unos es una bendición, para otros una desgracia.
Desde luego que existen cosas que son en su totalidad positivas o negativas, pero a pesar de ello, no para el 100% de las personas.
Lo que se debe hacer es actuar en consecuencia de los que se cree lo más conveniente en el momento de esa decisión. Quizá más adelante se cambie de opinión, pero eso no debe ser causa de arrepentimiento ya que se hizo lo que se creía lo mejor.
Equivocados o no, lo que vale es el presente.
Bienvenido al blog Peca y Reza Peca y Reza es un blog en donde vas a conocer sobre temas variados observados desde un punto de vista en el cual se muestre lo bueno y malo de ello.La razón de todo esto es que gracias al internet y a las redes sociales, más específicamente, al leer tanta discusión entorno a la gran variedad de temas que nos invaden, llegué a la conclusión … Leer más about Sobre Peca y Reza
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